Si bien es cierto que estudiar un poco todos los días, ir a clase, o hacer los deberes son gestos que marcan la diferencia en el proceso de aprendizaje del inglés, existen algunos trucos que pueden ayudarnos a incorporar el inglés a nuestra rutina diaria casi de manera inconsciente. Echa un vistazo a estos pequeños gestos que te proponemos y practica tu inglés sin darte cuenta:
1. Cambia la configuración de tu móvil y redes sociales
Cambiar el idioma de configuración de nuestro móvil, nuestro ordenador, ipad o redes sociales es una excelente manera de ampliar nuestro léxico. Aunque al principio pueda costarte un poco o resultarte un tanto confuso, con el tiempo y un poco de práctica acabarás familiarizándote con la terminología e incorporándola a tu repertorio.
No dudes en utilizar el diccionario para buscar cualquier palabra que desconozcas y tomar nota de su significado en tu libreta o cuaderno ¡Notarás los resultados!
2. Elige versión original
Seguramente no sea la primera vez que lees sobre las bondades de ver tus series y películas favoritas en versión original y es que exponerse todos los días al idioma que estás aprendiendo es fundamental para acostumbrar al cerebro a los nuevos sonidos y estructuras lingüísticas.
Si eres de los que no tiene muy claro si utilizar o no subtítulos, te aconsejamos que, ante la duda, optes por poner los subtítulos en inglés hasta que estés completamente seguro de que eres capaz de seguir la trama sin ayuda extra.
Para sacarle el máximo partido al tiempo invertido en tus series y pelis preferidas, te aconsejamos que leas nuestra entrada sobre el ‘método netflix’, en la que te contamos cómo practicar tu inglés con las conversaciones de los personajes del momento en cinco sencillos pasos.
3. Organiza tu semana en inglés
Aunque no seas de los que se sienta el domingo por la tarde a planificar su semana, te recomendamos que pruebes a esbozar -en inglés, por supuesto- un breve planning con las actividades, reuniones y eventos más destacadas de la semana.
Además de ayudarte a hacer un uso más eficiente del tiempo, esta actividad forzará a tu cerebro a cambiar el chip y a ponerse en modo inglés. Puedes, simplemente, visualizar el planning mentalmente, escribirlo o grabar un breve audio comentado las actividades para cada día.
4. Haz la lista de la compra en inglés
Además de servirnos para que no se nos olviden las cosas cuando vamos al supermercado, hacer la lista de la compra en inglés supone una excelente excusa para repasar -y ampliar- nuestro léxico sobre alimentos y otros enseres del hogar.
Aunque al principio pueda resultar un tanto tedioso, con un poco de práctica -y tiempo-, conseguiremos, además de ampliar considerablemente nuestro repertorio lingüístico, que este pequeño gesto conecte nuestra realidad con el proceso de aprendizaje del idioma.
5. Escucha podcasts en inglés de camino a clase o al trabajo
Tanto si tienes que conducir a clase o al trabajo como si vas caminando o en bici, puedes utilizar ese precioso y valioso tiempo para escuchar podcasts de temas que sean de tu interés o sobre los que te gustaría saber más.
Si aún no conoces el maravilloso mundo de los podcasts, te recomendamos que eches un vistazo a la web de podcastsinenglish o a las series de la BBC, donde encontrarás podcasts agrupados por niveles listos para descargar y con actividades de comprensión.
Según numerosos estudios, el tiempo mínimo que se necesita para conseguir que una actividad se convierta en hábito son 21 días, por lo que si logramos realizar estas cinco actividades durante un tiempo prolongado de aproximadamente un mes, habremos conseguido incorporarlas a nuestra rutina diaria y, lo que es más importante, habremos conseguido acostumbrar a nuestro cerebro a procesar y gestionar información en la segunda lengua de manera regular.
Como bien dice el refrán, son los pequeños gestos los que marcan la diferencia.
Manuela Mena es Licenciada en Traducción e Interpretación, Máster en Neuropsicología & Qualified CELTA Teacher. Actualmente trabaja como directora académica de la escuela de idiomas The Language House y CEO de la consultora educativa feelthelanguage.com. También ejerce como profesora en la Universidad Antonio de Nebrija y SDI de Múnich.